Desde el siglo XIX, la Argentina implementó una economía basada en la exportación de materias primas, aprovechando las extensas tierras fértiles que poseía en su territorio. Por ello, la agricultura se convirtió en uno de los pilares fundamentales de la economía en el país (en conjunto con la ganadería, que por entonces ocupaba la mayor parte de la producción).
En la década de 1970, comenzó a difundirse una modernización agrícola, que consistía principalmente en la creación de maquinaria e implementación de agroquímicos y semillas transgénicas (genéticamente modificadas), que facilitaban la creciente producción agraria a bajo costo.
Así, la agricultura comenzó a ser vista con otros ojos, en especial a partir en los años ´90. La ganadería antes ocupaba un 70% de las tierras con potencial agrícola, pero con las nuevas tecnologías, su porcentaje comenzó a bajar considerablemente, aumentando la superficie dedicada a cultivos. El avance de la agricultura sobre la ganadería se lo conoce como agriculturización. A ésto se refiere cuando tierras antes destinadas a la ganadería, ahora se dedican a la agricultura.
Además, la actividad agrícola no sólo aumentó su crecimiento, sino que también aumentó el número de hectáreas destinadas a cultivos típicamente pampeanos. Pero los cultivos se producen también en áreas extrapampeanas. Ésto se lo conoce como pampeanización.
Dentro de éste proceso, destaca la sojización, que en pocas palabras, se lo podría definir a la expansión desmedida e incontrolada del cultivo de soja. Originalmente, los primeros cultivos comenzaron a implantarse en 1862, pero no fue hasta que sucedieran 100 años que se interesó a investigar el tema. A partir de los ´90, la soja comenzó a ser el cultivo más importante del país.
Aunque el crecimiento había comenzado en 1970, fue el aumento de la demanda mundial de granos de soja y sus derivados para complementar la alimentación animal en Europa y China, y al mayor consumo mundial de aceites vegetales, entre ellos el de soja, multiplicó casi inexorablemente el crecimiento de éste cultivo. Además, éste incremento de demanda se vio acompañado por el aumento de los precios internacionales de éste producto., que atrajo a los productores para invertir en este cultivo.
Con éstos cambios en la economía argentina, el país ocupa en la actualidad el cuarto puesto en el mundo como productor de grano, el primer lugar como exportador del aceite de soja, y el segundo como exportador de harina de soja.
La soja es la base económica de muchos países en vías de desarrollo, como en nuestro país, que representa el 60% de la superficie total cultivada.
Para la practica de la agricultura, se requiere determinadas condiciones del suelo y el clima, y como la Argentina cuenta con una variada diversidad de éstas condiciones, cuenta con la capacidad para cultivar diferentes especies de cultivos. A partir de la década de los ´90. se presentó un enorme crecimiento en la expansión de la frontera agrícola sobre la ganadería, y éste cambio fue impulsado principalmente por la soja, que representa una alta rentabilidad, un mercado sólido y las nuevas tecnologías.
Desde que se implementaron todos éstos cambios, en la agricultura argentina se presentó un notable aumento del rendimiento agrícola. Con la expansión de la superficie dedicada a los cultivos, crecieron en conjunto las innovaciones tecnológicas para aumentar el rendimiento que se obtendría de los cultivos.
Con mejoras en la maquinaria agrícola, utilizada para labrar la tierra, sembrar, plantar o recolectar la producción, permitió incrementar la potencia, la rapidez y la calidad de las labores. Además, se utilizaron semillas mejoradas y agroquímicos, se obtuvieron mayores rendimientos agrícolas, con mejor calidad.
Algunos informes sobre la sojización, donde se exponen principalmente las problemáticas que presentan éstos acontecimientos:
http://www.lanacion.com.ar/1492219-sojizacion-de-nuestra-agricultura
http://www.nuestraamerica.info/article/la-sojizacion-encierra-graves-problemas/